Muy agradecido a los seguidores de este blog, os informo de que termina esta experiencia a la par que acaba el año. La noche que viene es la de los grandes propósitos, ya sabéis, y uno de los míos consiste en ... digamos que administrar mejor la aceleración del tiempo. Ojalá se cumpla esta aspiración y también todas las vuestras. Gracias.

Julio.

Nochevieja de 2013.


jueves, 24 de noviembre de 2011

Laciana y Babia (León): Los "Pozos" del Sr. Mantero (Especial Santa Bárbara)


             La Comisión Europea contra el Reino de España
            SENTENCIA DEL TRIBUNAL DE JUSTICIA (Sala Cuarta)
de 24 de noviembre de 2011 

  Vega de La Mora (Laciana / Babia)
Año 2012

EL TRIBUNAL DE JUSTICIA decide:


Declarar que, a partir del año 2000, (...) el Reino de España ha incumplido, en lo que respecta a la zona de protección especial del Alto Sil, las obligaciones que le incumben (...) al haber autorizado las explotaciones mineras a cielo abierto de «Nueva Julia» y «Los Ladrones» sin supeditar la concesión de las correspondientes autorizaciones a la realización de una evaluación apropiada de las posibles repercusiones de dichos proyectos (...) y al no haber adoptado las medidas necesarias para evitar el deterioro de los hábitats (...) ocasionado por las explotaciones Feixolín, Salguero, Pregame, Valdesegadas, Fonfría, Ampliación de Feixolín y Nueva Julia.

Declarar que, a partir de diciembre de 2004, el Reino de España ha incumplido (...) las obligaciones que le incumben (...) al no haber adoptado las medidas necesarias para evitar el deterioro de los hábitats, incluidos los de las especies, y las perturbaciones ocasionadas a las especies por las explotaciones de Feixolín, Fonfría y Ampliación de Feixolín.

Desestimar el recurso en todo lo demás.

Condenar al Reino de España a cargar con sus propias costas y con dos tercios de las costas de la Comisión Europea. La Comisión Europea cargará con un tercio de sus propias costas.





The Imperial March (John Williams)

Feixolín: explotación ilegal clausurada por sentencia judicial.

    


    



     
Fonfría.







Áreas restauradas hace muchos años.





Leitariegos: áreas restauradas hace muchos años.



Feixolín: explotación ilegal, clausurada por mandato judicial.






Fonfría: explotación fuera de límites con destrozo de área osera.

Nueva Julia: expansión ilegal (a la brava) en zona LIC de Laciana.

Feixolín.

Nueva Julia.


 
El río Luna tragado por un cráter. (Construcción ilegal, a la brava).











***

Nota:

Me preguntan el porqué del título «Los "pozos" del Sr. Mantero».
Don Ricardo González Mantero es Director de Energía y Minas de la Junta de Castilla y León. Natural de Riolago de Babia y autoproclamado amante apasionado de nuestro paisaje, es un denodado defensor de las explotaciones a cielo abierto que lo contaminan y arrasan. Cuando le preguntan por semejante contradiós, aduce que es necesario defender el trabajo en "los pozos". Pero, como es bien sabido, la Junta de Castilla y León decidió hace tiempo que en Laciana y la Babia Alta no hubiera "pozos" y que el carbón se explotara a cielo abierto para así compensar los altos costes de extracción en las demás cuencas donde la minería es subterránea, la necesidad de mano de obra es importante y la repercusión ambiental mucho menor. (En Asturias, el rechazo al devastador sistema de cielo abierto es absoluto).

En Laciana y Babia, la categoría de profesional minero -la del Régimen Especial- está prácticamente extinguida. No existen más "pozos" que los que muestran las anteriores fotografías (y algún otro igualmente siniestro). Los enormes beneficios pecuniarios (cash) que reportan las explotaciones a cielo abierto están relacionados con el negocio inmenso de la maquinaria pesada, las subvenciones públicas de difícil justificación y otros asuntos inextricables que se ordeñan lejos de nuestros valles. Mientras tanto, la población  en Laciana y Babia mengua sin cesar y las familias que decidieron permanecer en su tierra sufren la degradación del patrimonio natural y, por consiguiente, la devaluación de su patrimonio personal, aquel en el que invirtieron los ahorros de toda la vida.





 

jueves, 17 de noviembre de 2011

Rabanal: "La Machada La Culuebra" (*)


Por la caída norte del pico Nevadín, el glaciar en retroceso dejó sucesivos escalones. Los dos más altos son el pastizal del Chagunón y la majada de La Culebra o La CuluebraEntre la cumbre y El Chagunón hay un derrumbadero con trescientos metros de desnivel.




El Chagunón -cuando pusimos nombre a cada lugar, éramos gente muy voluntariosa- tiene forma de neurona y, como ella, es pieza esencial en la red líquida que coordina un ecosistema tan rico como éste.  


Allí, al fondo, por encima de Orallo, la red tiene uno de sus muchos desgarrones. 


A la orilla del Chagunón permanecen las ruinas de un chozo. A lo lejos, por encima de los retazos de niebla, se distingue la pirámide de Caniechas, en el valle asturiano de Hermo.



No hay más que andar unos metros desde El Chagunón para asomarse al escalón inferior, a la Machada de la Culuebra.





En pleno invierno, en esta majada no entra el sol. A mediados del otoño (estas imágenes fueron tomadas el 7 de noviembre de 2011) la luz, ya muy oblicua, apenas llega alrededor del mediodía.


Estamos ahora en la cota 1.650, ya casi medio kilómetro bajo el nivel máximo del Nevadín. Aún así, el viento y los aludes llegan a acumular gran cantidad de nieve en este caldero. El poste coloreado sirve para indicar el espesor. Desde un helicóptero es posible tomar el dato en cualquier momento con fines estadísticos o para hacer estimaciones de reserva hidráulica.
     

Vestigios de corros y chozos.


La reserva líquida que almacenan estas cumbres alumbra numerosas fuentes con caudal suficiente para cebar el Chagunón y su desagüe, el río Cuvachín, que desde la majada de La Culebra hasta el Prao de las Zreizales trota batiéndose en una sucesión de cascadas.







El tercer escalón, en la cota de los 1.450, es el valle de Bucimeda. El arroyo aboca a este paraje en la proximidad del Prao de Las Zreizales (Las Cerezales o Los Cerezos). Por aquí cerca hay un peñasco enorme y, apoyada en él, una losa proporcionada en tamaño. Bajo ella hay un resguardo que llaman la Cabana del Medio Amigo. (Dicen que el amigo entero no cabría dentro). Una cueva tan insignificante, que en la lengua del país bien podría ser tildada de cuvachu o cuvachín, es lugar apropiado para relatar ...
   
... la leyenda de La Machada de La Culuebra

Mejor con música:



Schubert: Piano trio op. 100, 2º mov.



Hace muchos años, -¡cuantayá!, decíamos entonces- un rapaz andaba por aquí al cargo de unas cabras.  A finales de agosto se entretenía apañando arándanos por los alrededores de la majada cuando, entre los tallos retorcidos de una urz, descubrió una culebra.  Era un bicho pequeño y desvalido y le hizo gracia; así que, agarrando a una chiva por los cuernos, la acercó hasta el peñasco más cercano y la ordeñó sobre una concavidad que allí había para que la serpiente pudiera beber de aquella leche.
Al día siguiente volvió al mismo lugar y probó a muñir de nuevo la cabra sobre la oquedad de la piedra mientras silbaba una melodía improvisada. Al cabo de un rato, la culebra vino a beber. A partir de entonces, diariamente, repetía la misma operación y siempre con igual resultado. Ordeñaba, se sentaba, silbaba y pronto acudía la culebra, de entre los tocones de las urces, para cebarse.
Así ocurrió hasta que, a finales de octubre, el Nevadín amaneció encapuchado una mañana, el rebaño tuvo que bajar a recogerse en el pueblo y a la serpiente le llegó la hora de hibernar.


Ocho meses después, a las puertas del verano, el ganado regresó a la machada. El pastor buscó y encontró a su extraña amiga y la relación continuó. A medida que el tiempo pasaba, la culebra se iba viendo crecida, gorda y cada día más clara de piel. Y, al año siguiente, mucho más grande y mucho más blanca.
El caso fue que también el pastor se hacía mozo y llegó el día en que lo reclamaron para servir al rey en la guerra de África. Se fue y, a partir de entonces, anduvo por el mundo, vivió experiencias que le abrieron los ojos y aprendió muchas cosas y extravió otras tantas, el candor entre ellas.


Cuando al fin decidió regresar a su tierra, estaba otoñando y el ganado ya bajaba de las brañas. Encontró el pueblo muy cambiado y sintió que todo parecía más pequeño.
Pasó algún tiempo hasta que acordó volver hasta los pies del Nevadín. Echó a andar, llegó a Bucimeda, fue a cruzar el torrente cerca del Prao de La Zreizal y continuó monte arriba, entre los árboles dorados, por el sendero que entonces usaban como treitoiro, hasta que alcanzó la majada.


Se acercó a la piedra y allí, sentado, abstraído, se puso a silbar mientras paseaba la mirada por el gran bosque cercano, frondoso todavía pero ya cobrizo, por la muralla oscura del Miro bajo la que fluye el caudal de todos los valles y por la lejanía blanca donde el embate de la niebla se empeñaba en abrir paso entre las cumbres nevadas.
Y así permaneció un buen rato, absorto en no sé qué cavilaciones, sin advertir cómo, a su espalda, una serpiente enorme y albina se descolgaba sigilosa por el canchal y se acercaba por la campera hasta alcanzarlo, abalanzarse sobre él, ceñirlo y estrangularlo entre sus repulsivos anillos. (*)

(*) Cuento popular, de gran trascendencia simbólica, contado en muchas regiones
del mundo y particularmente en tantos lugares que, 
como Rabanal, tienen su Machada de La Culuebra.



El Pico de Cuetonidio (con sus antenas) y el Cornón nevado a la derecha.
   


El Chagunón.


Otra panorámica desde la Majada de La Culebra.


Braña de Rabanal de Arriba.
  

El Miro (1.845 m) y la Braña de Arriba de Villarino del Sil.



Braña de Rabanal de Arriba.
  
****



1.- Braña de Cuvachu (Rabanal de Arriba)
2.- Los Praos de Bucimeda
3.- Cabana del Medio Amigo
4.- Cascadas del Cuvachín
5.- Machada de La Culuebra
6.- El Chagunón
7.- Pico Nevadín (2.077 m)
      
(*) "Machada", na l.lingua del país, ía el l.lugare no monte onde hay muy bien de pasto ya augua ya onde, pula nueite, el ganau guárdase nos corros ya lus pastores métense no chozo por si vien el l.lobu ... ou la culuebra. O sea, majada en castellano, no vayamos a ...